En una sala del hospital Alfredo Bolaños, del cantón Milagro, Elvia, quien prefirió omitir su apellido, indignada espera su turno para ser atendida de una infección en las vías urinarias.
La mujer, de 36 años de edad, muestra su molestia porque son las 13:30 del viernes y no es asistida, pese a que fue citada a las 11:00. “Seguro que me va a tocar regresar casi de noche a mi casa, como hace un mes, que me hicieron esperar toda la tarde”, se queja la habitante del recinto San Nicolás (cantón Naranjal), cuyo viaje de ida y retorno le toma cinco horas.
Ella intenta olvidar la espera mientras conversa con María, del mismo cantón.
400 médicos del Seguro Social Campesino hay para atender 790 dispensarios a nivel nacional
María, de 30 años de edad, no quiere proporcionar más datos personales por temor a represalias, pero expresa que para tratar la infección que le molesta tuvo que comprar las medicinas en farmacias particulares porque el Seguro Social Campesino, al que es afiliada, no tiene todos los fármacos para atender los malestares de los aportantes.
Eso motivó a que la Federación Única Nacional de Afiliados al Seguro Social Campesino (Feunassc) realice una queja formal tanto por la escasez de algunas medicinas como por la falta de médicos.
“Los que se van a realizar consultas a los centros médicos reciben las recetas para que vayan a comprarlas a las farmacias porque los hospitales no poseen los medicamentos”, afirma Julio Barzola, presidente del Guayas de la Feunassc.
Barzola muestra más preocupación por quienes presentan deficiencia cardíaca o diabetes, pues esas, dice, son enfermedades más costosas. “Nosotros hemos planteado denuncias en el consejo directivo, pero no toman en consideración lo que exponemos”, señala.
Sin embargo, el director del Seguro Social Campesino, Fausto Dután, descalifica las exigencias de ese grupo de afiliados, pues las considera políticas. “Ellos manejaron la institución durante diez años porque tenían a varios representantes en el directorio, pero ahora están enojados debido a que ya no lo hacen, por eso protestan”, responde.
Dután reconoce que, actualmente, faltan medicinas para atender a los afiliados, pero asegura que la entidad está realizando las ofertas para comprar los fármacos. “De los 110 ítems solo faltan 27”, precisa el directivo.
En cuanto a la lenta atención acepta que solo tienen 400 médicos para atender en 790 dispensarios en todo el país. “Cada doctor atiende durante dos días a la semana, de forma rotativa, en tres dispensarios. Pero está en cada lugar por un lapso de cuatro horas”, explica.
Dután indica que eso se da tanto por la insuficiencia de los médicos como por los contratos a los que en años pasados llegaron con los galenos. “A los nuevos profesionales los hacemos firmar contratos de 8 horas”, dice.
Para cubrir esas necesidades, informa, ya cuentan con un presupuesto para contratar a 438 trabajadores de la medicina, entre doctores, odontólogos y enfermeras. “Esperamos que los profesionales apliquen a las ofertas que hemos hecho para que se pueda cubrir la deficiencia de trabajadores que requerimos”.
930.000 es la cantidad de afiliados que tiene el Seguro Social Campesino en todo el Ecuador
No obstante, representantes del Seguro, que agrupa a 930.00 afiliados, piden mejoras inmediatas, pues opinan que el problema no es nuevo.
María Lara, presidenta nacional de la Feunassc, señala que el Seguro Campesino no está abastecido de medicinas. “Es una mentira que faltan pocas”.
Esa versión coincide con la de Mireya Zúñiga, paciente que se atiende en el Centro de Atención Ambulatoria del Norte de Guayaquil, donde acuden con frecuencia los campesinos. La mujer, de tres meses de gestación, indica que, aparte de la excesiva demora, allí no le dan casi nada de medicamentos por desabastecimiento general. “Hasta el ácido fólico, que es de lo más barato, debo adquirirlo afuera”, protesta.
Pero el director del Seguro Campesino enfatiza que cuando se dan esos casos los pacientes no deben de comprarlos, sino que la institución las adquiere. “El proceso se da por petición de los médicos, eso pasa por la supervisión nacional y provincial y allí se compra. Hay casos en el que no se solicita toda la medicina, entonces hay dificultades”.
Aunque hay voces como la de Almagro Vera, vicepresidente de la (Fenocin), quien considera que el Seguro es uno de los grandes beneficios que tiene el campesino, pues con solo US$ 1,23 mensuales el aportante y su familia tienen servicios médicos. “El Seguro es bueno, debe mantenerse, lo único que debe hacerse es mejorar los problemas que tiene”, añade.
También hay afiliados como Tomás Solís, de 75 años de edad, quien siente que en el Hospital de Seguro, en Milagro, ha recibido una atención eficiente.
“En este centro me han atendido desde hace algunos años y no he tenido dificultad en la atención. Los médicos cumplen las citas y obtengo las medicinas”, dice este paciente con dolencias renales. (JTB).